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viernes, julio 27, 2007

CALMA CHICHA

El tiempo fluye, se remansa, se va perdiendo cuando no hay un proyecto; cuando ningún deseo es capaz de abrirse paso entre ese dolor que deja de ser agudo para convertirse en una niebla que lo empapa todo, en la que todo se diluye.

Se vive pasmado en una calma dolorosa, de la que no es fácil salir.

Haría falta un impulso, una llamada de algo, de alguien, un golpe de suerte que trajera una promesa de futuro.


Mientras tanto, el espíritu se conforma con el deseo de que la niebla,- dolorida, calmosa y densa-, no esconda quién sabe qué nuevo desastre.