Apuntes de madrugada

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Escritora

domingo, febrero 10, 2008

AL AMANECER

¿Qué haríamos sin la música?

¡Qué suerte, vivir en una época en la que es tan fácil oír música en cualquier sitio!
¡Qué desgracia la de aquellos que sólo son sensibles al ruido ensordecedor que los saca de sí mismos sin llevarlos a ninguna parte!

"¿Qué puede llegar a nosotros que no venga de nosotros mismos?", decía Gide.

Nada, efectivamente. Sólo lo que arraigue en el alma será nuestro.

Suena Ennio Morricone. Es Cinema Paradiso.

Podía ser cualquiera de sus otras bandas sonoras. Es una música dulce, melancólica pero firme. Es así como yo la siento. Es así como la necesito; es así como yo me siento.
Llega a mí en esta hora tardía de silencio y es más yo que yo misma. Caminará conmigo por los recuerdos de la noche, de tantas noches ya.

Cuando llegue la mañana, sé que encontraré la fuerza de seguir.

La oscuridad habrá desaparecido y en su lugar lucirá el día.

La melancolía se habrá diluido en la quietud de la madrugada. Lucirá el sol y descubriré una dulzura siempre renacida.

domingo, febrero 03, 2008

DISTANCIAS

Pasos callados del olvido.

Horas perdidas que ignoran el llanto.

Tiempos distantes que nos acogen en su indiferencia.

Recuerdos confusos.

Momentos de fuga.

...Y va quedando casi nada

....Y vamos quedándonos más y más vacíos

sábado, febrero 02, 2008

LAS HORAS VACÍAS

Cuando el dolor agudo pasa nos queda la distancia del adormecimiento, ese terreno de una grisura infinita que es capaz de sumergirnos en las peores pesadillas.

Es el piélago que puede atraparnos sin remedio; la medicina que nos llevará a una insensibilidad que oculta siempre la cara de la muerte.

Es la pérdida total que se anuncia, y en la que nos entregamos y lo entregamos todo buscando un alivio mil veces peor que el dolor mismo.

Horas vacías de las madrugadas no dormidas.